lunes, 8 de octubre de 2007

::morir, dormir... dormir, tal vez soñar::

El Hamlet que disfruté ayer tarde en Réplika Teatro será inolvidable. Era la primera vez que veía un Shakespeare sobre las tablas y ¡Dios, qué fuerza! Ahora entiendo tantos y tantos textos en los que nos cuentan cómo de Shakespeare abajo, ninguno. La intensísima tragedia del príncipe Hamlet, de la reina Gertrudis y del odioso rey Claudio sobre las tablas cobra una intensidad que nunca pude imaginar. Pero estoy seguro que nada de esto hubiera podido ser posible sin la fineza del montaje y la versión teatral que nos han ofrecido los artistas de Réplika bajo la dirección de Jaroslaw Bielski.

El Hamlet de Raúl Chacón es un hombre ante el abismo, un lobo en trance en la cuerda floja de la verdad y la mentira, ¿está loco de verdad, o no lo está? Un Hamlet romántico, y a la vez barroco, lleno de contrastes y de verdad... ¿o de mentira? ¿duerme o sueña? Trágico y oscuro desde el principio en sus soliloquios pero lleno de luz en los diálogos con Horacio, Ofelia, Claudio o (¡inolvidable!) con su madre la reina. Bravo por él. Si con lo joven que es ha logrado una creación tan acabada de este personaje, ¿¡qué puede venir después?! ¿Segismundo?... Lo que él se proponga. A los clásicos no hay que tenerles miedo y creo que en su manera de decir el verso hay un algo de maestría que sólo saben alcanzar los que han nacido para este extraño mundo del teatro.

Otra "grande, grande", para mi gusto, fue Socorro Anadón, que perfiló una Gertrudis hierática y sensual pero que poco a poco se derrumba hasta conseguir arrancar las lágrimas al público con su escena de la copa de veneno y el pañuelo con que seca el sudor a su hijo Hamlet. De verdad, el público se quedó de piedra con sus intervenciones. Una gran dama de las tablas con el porte y el acento perfecto e inmejorable para un papel complicadísimo como el de Gertrudis.

Sería un pecado no citar la frágil y dolorosa Ofelia de la jovencísima Marta Eguía -¡qué diálogos con Hamlet, qué escena de locura!-, el histriónico y magnífico Polonio de Luis Martí, el Claudio, también muy joven, de Borja Manero, o el honrado y siempre cumplidor Horacio de Pablo Castañón. Secundarios impecables y montaje sencillo pero que no resultaba, en absoluto, carente de nada. Solucionadas con efecto las escenas de las apariciones del rey Hamlet, la de los cómicos, la del entierro y, ¡cómo no!, la del duelo final.

Un duelo entre los espectadores y los artistas en este Hamlet de Réplika Teatro. Un duelo que nos inquieta con cuestiones universales y que hoy en día deberíamos plantearnos más que nunca. "¿Somos o no somos?... ¿morir... dormir... soñar... silencio?"... Las funciones terminaron ayer domingo, pero el Hamlet de Réplika regresará a Madrid en el mes de enero, prometo recordároslo para que no os lo perdaís. Acción reflexiva en un Hamlet vital que no olvida.

Me despido por hoy, no sin antes dejaros un poquito de música. La preciosa escena de locura de Ofelia de la opéra lirique de Ambroise Thomas, Hamlet, estrenada en París en 1868. Natalie Dessay canta, cómo no, e interpreta el comprometido papel con maestría y entrega desmedida. Todo un bombón.



2 comentarios:

Raul dijo...

Hay más cosas en el cielo y en la tierra de las que sueña nuestra filosofía...

Hamlet se despide hasta muy pronto y el actor te da las gracias. La sensibilidad y la comprensión de la existencia que Hamlet regala con las yemas en horizontal, las supiste agarrar y apropiarte de ellas. Las palabras transformadas en letras se agradecen, y los cumplidos no hacen otra cosa que emocionar.
Ojalá que Segismundo venga a invadirme para poder regalarlo a personas con tanta capacidad sensiblera (como digo a mis amigos) como la que tienes tú.

Palabras así son las que hacen corroborar mi existencia, son las que allanan mi camino y calman mi alma. A espectadores como tú, son a los que entrego mi poco o mucho arte.

Gracias...


Raúl Chacón

kela dijo...

Soy fan número uno o dos o cienmil de Hamlet, de "Sakes" (con la venia)en general. He encontrado tu blog por casualidad buscando referencias a esa frase: "morir, dormir....tal vez soñar", así que debo agradecerte el haber pasado por mi pantalla para dejarme unos momentos de lectura informativa. Enhorabuena también a Raúl, al que no conozco y del que espero ver en breve su versión de Hamlet. La última que ví fue la de Juan Diego Botto y puedo asegurar que me llegó a lo más profundo. Un saludo.