martes, 24 de febrero de 2009

::tres chapís en el olvido este viernes en conde duque::

Este próximo viernes día 27 se tocarán en el auditorio del centro cultural Conde Duque tres zarzuelas olvidadas del maestro Ruperto Chapí (1851-1909) y dentro del programa que coordina la conmemoración de su centenario. El equipo encargado de ofrecernos estas nuevas joyitas del villenense será el habituay siempre eficientesde Ópera Cómica de Madrid. La función es a las 19:30, pero las entradas se reparten desde una hora antes y son gratuitas, no hay excusas para no asistir. Recomiendo acudir a eso de las 18:00 porque las colas suelen ser pistonudas.

Las obras a re-descubrir (aunque se trate, como digo, de versiones concertadas con piano) son:

1) Nocturno, zarzuela en un acto, libro de J. Estremera, estrenada en el Teatro Maravillas el 27 de junio de 1890.
2) La calandria, zarzuela en un acto, libro de Ramos Carrión y Vital Aza, estrenada en el Teatro Alhambra el 24 de diciembre de 1880.
3) Guardia de honor, zarzuela en un acto, libro de Eugenio Sellés, estrenada en el Teatro de la Zarzuela el 17 de febrero de 1905.

Leyendo la monografía de Luis G. Iberni sobre el autor de La revoltosa nos comenta que Nocturno se basa en el libreto de L´opera aux fenétres de Halévy, una zarzuela bufa de cuatro numeritos de los que destaca uno que emula musicalmente los viajes en galera, en diligencia y en ferrocarril (que se prepare Honneger). Guardia de honor, por su parte, es ejemplo de ese género chico que con el cambio de siglo se plantea nuevas maneras de hacer para reinventarse a si mismo. El libro de Sellés nos propone un ambiente dieciochesco que Chapí ilustra sonoramente con una música evocadora de la época de Fernando VI y tejida de filigranas. Para acabar, La calandria es una obra muy temprana en Chapí, del año de Música clásica, y en la que se presenta con gracia innegable y ganas de hacerlo pasar bien en el entonces llamado teatro de las Folies Arderius, una última muestra de lo que dio de sí el género bufo inaugurado en Madrid catorce años antes.

¡Nos vemos en Conde Duque!

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