viernes, 25 de enero de 2008

::nuevas críticas::

Acabo de publicar dos nuevas críticas en el portal sobre zarzuela en el que tengo el gusto de colaborar con asiduidad: zarzuela.net

Os invito a que las leaís en el link que os he dejado. Tratan sobre las recientes representaciones de La bruja en el Teatro de la Zarzuela y de las de El día de Reyes // El molinero de Subiza por la familia Font-Marco-Moncloa.

Saludos y buen fin de semana.

miércoles, 23 de enero de 2008

::amadís de gaula por händel::

Händel estrena en Londres su mítico Rinaldo en 1711. Empieza entonces su colaboración con el King´s/Queen´s Theatre, que le llevaría a establecerse definitivamente en la ciudad del Támesis por el éxito obtenido y la genial carambola del ascenso al trono de los Hannover. En 1715 estrena una ópera hoy no muy difundida pero con momentos de delicioso placer: Amadigi di Gaula, obra 11 del catálogo del autor sobre temática de la conocida novela de caballería española. Os dejo el aria "Tu, mia speranza" por Bernarda Fink que a mí me parece ciertamente seductora con ese "algo" de contradanza. ¡Espero que la disfruteis!


viernes, 18 de enero de 2008

::hijos de papá::

Ya, ya sé que ya tanto Offenbach puede ir cargando... ¡pero es que es tán inmenso! En el post de hoy cuelgo un fragmento de una de sus opeas bufas más conocidas: La bella Helena (aunque en España se estrenó como El rapto de Elena y el propio Offenbach la dirigió en Madrid en uno de sus viajes.) Se trata de una obra de 1864 y tiene toda la rabia offenbáchica de la parodia descarnada y a la vez finísima de una época apasionante como es el Segundo Imperio francés.

Aquí Helena desea marcharse del hogar conyugal pues está harta del aburrido de su marido, Menelao. El pastor disfrazado, Paris, la excita mucho más y tras mil triquiñuela la bella Helena marcha a Cyterea, realmente Troya... Así empezó una guerra mucho más divertida de lo que nos contó Homero, y en ella hay personajes secundarios inolvidables como el príncipe Orestes -hijo de Agamenón, sobrino de Menelao- que entra en escena cantando unos couplets a tempo de gallop infernal con la letra que traduzco a continuación. ¡Disfrutadla!

[Orestes a Calchas, sumo sacerdote]
En el cabaré del laberinto
esta noche he cenado, mi viejo amigo,

con estas chicas de Corinto
que son de la Grecia lo mejor.
Son Partenís y Leona
que me han dicho que te querían conocer.

¡Tzing la la, tzing la la,
oya Kephale, Kephale, o la
la!

Repara en estas naricitas sonrojadas
en sus pequeñas manos y coquetos pies,
y todas esas "pequeñas cosas"
que levantan en nosotros grandes pasiones.
Son Partenís y...

Con estas damas son con las que Orestes
hace bailar el diner
o de papá;
a papá no le importa
porqe al fin y al cabo, es Grecia quien paga.
Son Partenís y...



Geniales ¿ verdad...? Canta la magnífica Marie-Ange Todorovitch con Les Musiciens du Louvre con la batuta de Minkowski.


Orestes y las furias por Bourguereau


domingo, 13 de enero de 2008

::ben heppner en los maestros cantores::



Canción del certamen de Walter en Die Meistersinger von Nürnberg
de Richard Wagner... ¡Disfrutadla!

jueves, 10 de enero de 2008

::diálogo de alsacianos::

En los años dorados del Teatro de los Bufos Parisinos (Bouffes Parisiens) Offenbach hacía bailar a todo Paris con su música de irresistible fuerza e inventiva melódica inagotable. Eran los años 60 del XIX y Napoleón III, con su barón Haussmann, hacen grande una nueva ciudad llena de bulevares, grisetas y artistas de medio pelo. Al nuevo París acuden personas de todo tipo: desde turistas burgueses deseantes por admirar la Exposición de 1867 -pensemos en los protagonistas de La vida parisina- a pobres campesinos que dejando tras de ellos un mundo de miserias se sumaban por un embudo irrefrenable a la muchedumbre populachera y obrera de la gran ciudad.

En Francia los alsacianos son lo que los gallegos a España. En el argot burlesco popular siempre que se dice "el gallego" se pienso en el paleto, en el cateto simplón como lo retrata el teatro cómico hispanoamericano. Una imagen parecida dan los alsacianos a los refinados, o no tanto, parisinos.

Offenbach, deseando siempre agradar a su público, no fue ajeno a esta realidad y con un algo de mala uva, un poco de añoranza romántica por la vida campestre y una enorme dosis de ingenio puso música a un libreto titulado Lischen et Fritzchen, "conversación alsaciana en 1 acto" de Boisselot. En él los ciudadanos parisinos podían reírse de lo lindo con las ingenuidades de los campesinos y además saborear nuevos números del bueno de Jacques que rápidamente circularían por los organillos y pianos de toda la ciudad deseosa de música y primavera. De entre ellos, no cabe duda, destacó desde su estreno la divertidísima y muy bella redowa "Je suis l´alsaciènne", que pasaría a ser uno de los hits de su autor y que formaría parte, incluso aún bien entrado el siglo XX, del ballet-pastiche con música de operetas de Offenbach, Gaité Parisienne.

Aquí va el maravilloso duetto "Yo soy la alsaciana"...

Este post se lo dedico a mi amigo Juan Carlos que actualmente está de Erasmus en Estrasburgo... capital de la Alsacia, jejeje.

lunes, 7 de enero de 2008

::el regalo de un sueño::

La Sirenita marcó un hito para muchos chavales nacidos en los primeros años 80. Nada parecido habíamos visto antes en el cine... y nada parecido después de ella. Sí, La Bella y la Bestia, Aladdin, El rey león o El jorobado de Notre Dame son magníficas e inolvidables. Todas tienen cosas buenas... pero mi preferida es La Sirenita. Hay en ella tantas cosas geniales:

-El comienzo, con esa niebla que apenas deja ver el color de los delfines y gaviotas. Nunca vimos una niebla mejor coloreada.
-Secundarios inolvidables en la mejor tradición Disney como Sebastián (¡gran guiño a J. Sebastian Bach!) una gaviota Scuttle maravillosamente tarada ("¡wow, qué rápido nadas!") o el atildado y miedica Flounder ("luego la gaviota cosas nosequé nosecuánto".) El cocinero, el mayordomo de Eric, ¡hasta el perro Max me gusta!
-Una villana maravillosa... Úrsula, que es una Divine para niños y sus anguilas secuaces. ¿Cómo no recordar su escena del pacto con Ariel, las burbujas de su caverna (desde La Cenicienta no las hubo iguales) o su secuencia final como gigantesca reina de los mares...?

Habría mil cosas más a recordar de esta película... pero si algo queda cuando la vemos es su música, compuesta por Alan Menken y con letras de Howard Ashman. Es sencillamente perfecta con detalles geniales, como esos acordes de quintas paralelas obsesivos que nos remiten al mundo oceánico de Debussy y su Catedral sumergida (por ejemplo, justo cuando en los títulos de créditos sale el letrero de "The little mermaid".)

La parte instrumental de la obra entrelaza temas y les dota de un significado dramático subsumido en nuestro tímpano más allá de lo que nuestra retina adivina. Es un recurso muy post-romántico, que algo tiene de Wagner pero, sobre todo, de la lección de ese genio teatral llamado Puccini y que tanto daño -¡positivo!- ocasionó para la historia de la música teatral.

La perversión de un personaje de Úrsula está clara desde su primera escena ("Corre princesita") con ese acompañamiento obsesivo de fox lento, cabaretero y muy a lo Mamma en Chicago de John Kander... de hecho la canción de Mamma y la de Úrsula están escritas en igual ritmo y con la misma intención: convencernos de que ellas serán buenas con nosotros si nosotros somos buenas con ellas y les damos lo que quieren. Es ese tiempo con el que también abrirá Cabaret en "Willkommen"... y es que la caverna de la bruja del mar, con esa caracola-chaise longue y su tocador lleno de maquillaje, tiene mucho de berlinés, de pervertido y de socialmente peligroso.

Úrsula, como Ariel, reta a la norma. La diferencia es que el rey del mar es padre de Ariel y al final puede más el corazón que la ley ("la voy a echar tanto de menos...") Úrsula fue desterrada, humillada... y muerta de hambre, ¡pero menos mal! De no haber sido así nos hubiéramos quedado sin una de las mejores "malas" de película Disney de todos los tiempos, desde la reina en Blancanieves -una Joan Crawford tan bella como maligna- o la madrastra de Cenicienta, inspirada cláramente en el ama de llaves de Rebecca de Hitchcock. Su homólogo masculino, pero con menos fuerza, sería el Hades de Hércules, con ese puntito irónico y no salvajemente visceral como Scar (El rey león) o Frollo (El jorobado de Notre Dame.)

Para ir terminando diré que la canción "Part of that world", la balada que canta Ariel en su refugio, es posiblemente una de las canciones más emocionantes de todas las películas Disney. Es el momento de reflexión imprescindible en el que el protagonista de un musical se detiene y dice "yo quiero llevar otro tipo de vida, quiero salir de este mundo". Y de ésto saben mucho en Broadway: ahí tenemos a María en su salida del convento en Sonrisas y lágrimas, el blues "Maybe this time" para la protagonista en Cabaret o "Roxie" en Chicago. Canciones de sueños casi todos con final feliz.

"Part of that world" sigue siendo una de las canciones más recordadas de los clásicos Disney y a mí me gusta especialmente cuando adquiere un significado casi heroico al reaparecer en la escena de Ariel en la playa sobre el príncipe Eric. El uso de la luz solar coloreada, las olas, el viento... la afirmación en sus sueños cuando afirma "I don´t know when, I don´t know how, but I know something starting right now [...] Someday I´ll be part of that world ". Nos sigue poniendo la piel de gallina aunque ni estemos prestando atención a la película, sino simplemente intentando dormir a nuestro sobrino de turno.

Guiños a la canción francesa a lo Maurice Chevalier con la canción del cocinero "Les poissons", o al calipso caribeño en "Bajo el mar", secuencia con influencias de la grande-revue y el Broadway clásico y que marcó un estilo continuado con "Qué festín" de La Bella y la Bestia -muy mal copiada en "Un tipo así" de El jorobado-, "No hay un genio tan genial" en Aladdin, "Yo voy a ser el rey león", "Mi última esperanza" de Hércules etc.

Creo que no me dejo nada... Sólo recomendaros que volvaís a ver La Sirenita, que volvaís a soñar, que la entendaís con otros ojos, o mejor dicho, con otros oídos, intentando escuchar la historia que Alan Menken nos quiso contar -aunque su obra maestra en este sentido, siempre lo diré, fue Pocahontas-. Siempre echaremos de menos un final más poético, más "para mayores", más cercano al original de Andersen, en el que Ariel, por no hacer daño al príncipe se convertirá en viento y volará eternamente en lugar de convertirse, como todas las sirenas al morir, en espuma.

Este post se lo dedico a mis amigos Javi y Jacobo. Muchas gracias.



Part of that world...


sábado, 5 de enero de 2008

::anda ve y que dios te ampare::




Concha Piquer canta Arrieros somos de Quintero/León/Quiroga.
Al piano, Luis Posadas.

¡¡¡ FELICES REYES !!!

miércoles, 2 de enero de 2008

::zarzuela para toda la familia en Conde Duque::

-Auditorio del Centro Cultural Conde Duque (C/ Conde Duque, Ventura Rodríguez, Plaza España, San Bernardo.)
-Días 3 y 4 de enero (jueves y viernes) a las 19:30.
-Entradas gratuitas -dos por persona- a partir de las 18:30.

Los días 3 y 4 de este recién estrenado mes de enero se va a recuperar en el centro cultural de Conde Duque la zarzuela El día de Reyes en la programación que el Área de las Artes del ayuntamiento madrileño ha diseñado para estas navidades.

La noticia es excelente. Esta zarzuela es una de esas joyitas del llamado género ínfimo y que hace ocho décadas nadie escucha. Ocurre con ella lo mismo que con Las bribonas, que en su recuperación la Zarzuela el pasado mes de junio, nos hizo preguntarnos a muchos: "¿cómo una obra tan divertida e inspirada ha podido estar tanto tiempo en el olvido?".

En El día de Reyes no hay política de por medio, como sí ocurría en la zarzuela de Calleja... En esta obrita de Manuel Penella (autor de El Gato Montés o Las Musas Latinas,) con libreto de Moncayo, lo que se pretende es divertir, entretener... hacer reís al público. Si además nos ofrecen siete numeritos musicales con el encanto de la "machicha infantil" o el "terceto de los fumadores", ¿qué más se puede pedir?

La producción corre a cargo de Ópera Nova y entre sus intérpretes estará el cantante Lorenzo Moncloa... Se contará con agrupación instrumental dirigida por la maestra Font Marco y puesta en escena bajo la dirección artística de Carlos Pardo.