::está escrito en las estrellas::
La opereta es lo que tiene. Magia, ilusión y a veces más de una lagrimita. Quiero hablaros hoy de Giuditta, una de mis obras preferidas de este género y que contiene algunos de los momentos más bellos y sobrecogedores de los que escribiera su eminente autor, Franz Lehár. El compositor de El país de las sonrisas o Eva puso la doble barra final a su carrera con esta opereta de 1934 en la que intentó, una vez más, acercarse a lo operístico pero sin olvidar que escribía para un gran público que ansiaba de él sus arrebatadoras melodías de opereta que a todos gustaban y a todos llegaban. Giuditta se estrenó en la Staatsoper de Viena, no en un teatro de opereta. No gustó mucho al principio; cuando la obra llegó a las salas opereteras fue un exitazo y se ha mantenido en cartel hasta hoy en día.

Pero hoy estoy muy contento y no quiero contaros penas. Os cuelgo un vídeo maravilloso de Ana Netrebko cantando ¡y bailando! la romanza de Giuditta en la que relata a los espectadores del cabaré lo candoroso de sus labios y la necesidad que todos tenemos en la vida de besar y amar. Está escrito en las estrellas. Atención a la introducción y a los acordes andalucistas que teóricamente avocarían a los vieneses los sones de la música norteafricana. El estribillo de la canción es realmente irresisitible, uno de los valses más bellos de los que he escuchado nunca.
Besad y amad.