lunes, 31 de marzo de 2008

::la caballé y la velasco como gatas::

A TVE le hacen falta a día de hoy programas como "Viva el espectáculo" (1990), que era capaz de reunir sobre el escenario a Montserrat Caballé y a Concha Velasco cantando juntas sin ningún complejo mientras Sarita Montiel las observa entre humillada y desafiante. Con la EXPO y las Olimpiadas del 92 (qué tiempos aquellos de Los Manolos, Concha Cuetos y Cobi) nos fuimos europeizando e íbamos dejando atrás nuestra apariencia asilvestrada y salvaje, de alpargata y folclorismo, que aún tuvieron los años de la Movida. La Juani fue el siguiente paso y cuando Ana Pastor decidió dar movimiento a sus puntas y ponerse el flequillo de lado nos dimos cuenta de que nada volvería a ser lo que era y entonamos como Jorge Manrique eso de "cualquier tiempo pasado fue mejor"... ¿o no?

Pero soñemos y volvamos por un momento a ese 1990 y a las gozosas galas de TVE los sábados por la noche y las Nochesviejas... Admiremos un imposible collar de la Velasco mientras mira a la Caballé pensándo "¿qué coño es eso de La donna del lago y la Semiramide?". Pero ojo, cuando se da cuenta de que la Caballé acapara mucha atención la quita un moco de la mejilla y la otra le dice "gracias reina". Yo no sé bien de qué se ríen tanto y por qué la Caballé anda especialmente ampurdanesa exagerando hasta el extremo su acento pero oye, que están estupendas y nos ofrecen a todos el dúo de los gatos de Rossini... Se compuso cuando, gordo y rico, decidió retirarse con menos de 40 años y vivir la vida parisina siendo un mito en vida y con renta de 100000 francos -que por supuesto Luis Felipe le denegaría tras la Revolución de Julio... ironías de la vida.

6 comentarios:

RGAlmazán dijo...

Dos señoronas de la escena. Grandes. En fin, lamentablemente la tele ya no es lo que era. No es capaz de ofrecer programas musicales si no son competitivos. No produce teatro que en otro tiempo era un ejemplo. Sólo interesa lo que da audiencia, y ya sabemos lo que es.

Salud y República

Roberto dijo...

Hombre... yo no definiría esto precisamente como ejemplo de teatro o de buen espectáculo televisio... ahora bien, divertido un rato, eso no hay que negarlo.

Un beso, majo.

Jesús dijo...

Hola amigo: hace poco que estoy participando en un coro de zarzuela. Estamos epresentando La Legio d´honor. Tengo dos blogs dedicados a la poesís recitada y mezclada con música, sólo como aficionado. Así también mi participación en los coros, pero lo hago con entusiasmo y dedicación. Te invito a visitarlos.
Qué bueno sería que TVE volviera a emitir La Antología de la Zarzuela, no te parece?
Un saludo y gracias.

Anónimo dijo...

Hello. This post is likeable, and your blog is very interesting, congratulations :-). I will add in my blogroll =). If possible gives a last there on my blog, it is about the Perfume, I hope you enjoy. The address is http://perfumes-brasil.blogspot.com. A hug.

Raul dijo...

Rossini era un genio. La mezcla de humor en sus obras y un talento exquisito para componer, le hicieron un genio.
Tanto la televisión como el teatro, hoy por hoy, se mueven en unos campos muy diferentes a los de antaño y entre sí hay muy poco que comulgar. Esas diferencias en el camino recorrido hasta hoy por ambos medios de comunicación, surje también en la ópera con respecto a la tv.
La televisión demanda consumo, rapidez, mensajes concisos y directos, estética,... No importa la calidad.
Hace un tiempo escribí un texto hablando sobre el teatro, que considero que es un terreno en el que algo de criterio tengo, que voy a pegar a continuación y que llamé: El milagro del Teatro.

Hay un montón de anuncios, tanto en prensa como en la radio o la televisión, cada uno de ellos, proclamando las excelencias de un determinado producto. Incluso alguno de ellos, hablan milagros al utilizar esos productos. Se consiguen cuerpos maravillosos, caras y pieles quinceañeras aunque rebasen los cuarenta, milagros con la ropa, milagros, milagros... de todo tipo. Desgraciadamente el teatro o afortunadamente, diría yo, es mucho más modesto en su publicidad. Carece de esa valentía, de esa agresividad que tiene ahora la publicidad.
La verdad es que el espectador asiduo, obtiene con su fiel asistencia unos resultados positivos. No me atrevo a decir que milagrosos, porque no creo en milagros. Pero el espectador acumula experiencias y buenos resultados. Y de una manera tan sencilla y tan atractiva a la vez, como sentándose en un patio de butacas y ser testigos de ese espectáculo, tan único e irrepetible que es una representación de teatro.
A través de una obra de teatro, los espectadores viven, se emocionan, sufren, disfrutan o se divierten con esas historias sobre el escenario de las que son testigos. Viven historias que jamás hubieran tenido oportunidad de vivir. Se emocionan y comparten sufrimientos con personajes que valoran en su actitud positiva o negativa, según su escala de valores. Se divierten como algunos jamás han sabido o han tenido esa oportunidad en su vida... Reciben mensajes, conocen autores que nunca llegaron, ni llegarán a leer... Se ven reflejados en ese fantástico espejo, que es un escenario, aunque a veces las imágenes que vemos de nosotros, de nuestra sociedad, no nos gusten demasiado.
Pero en ocasiones, como en estos últimos años, este fantástico producto, llamado teatro, que no tiene ni tanta publicidad, ni recibe tantas alabanzas como otros que nos bombardean diariamente la televisión, está recibiendo golpes bajos y agresiones de todo tipo.
La televisión dedica espacios a los toros, pero no al teatro. La televisión dedica horas y horas al fútbol, pero no al teatro. La televisión retransmite partidos de golf, pero no hace caso del teatro. La televisión les mueve las cervicales a los espectadores del tenis, pero no se mueve a favor del teatro. La televisión despierta el interés por la lotería, la primitiva, y otros muchos juegos... pero muy poco por despertar el interés por el teatro.
Por si fuera poco, el teatro soporta un IVA... -sin palabras- y unas tarifas de publicidad equiparadas a los fabricantes de coches, constructores de pisos o multinacionales de productos millonarios.
Cada vez que se levanta el telón de un teatro, es un milagro. Contra todas las agresiones, ahí está cada día puntual al reto, en todos los teatros del mundo. Alto, fuerte, sano... como dirían unos padres orgullosos de su hijo.
Da la impresión de que el teatro, no necesita milagros. ¿O, quizá sí?

sucedanea dijo...

hola , siempre que busco algo de zarzuela, google me lleva a tu blog, que es una maravilla, por cierto.
Ando buscando, para regalar una colección de Cds de zarzuela, sabes de alguna que pueda conseguir?
gracias!